martes, 3 de agosto de 2010

TEXTO INFORMATIVO.

ESCUELA JOSÉ MIGUEL CARRERA

LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
PROF. MANDY PERIC ZAMORA
           ARICA-2010

LEE EL SIGUIENTE TEXTO INFORMATIVO:

Que no cueste trabajo ser niño(a)



(Escribe Victoria Uranga Harboe)

“Los ‘avances significativos’, no bastan. No podemos conformarnos con mejores trabajos para los niños”



Más de 200 millones de niños y niñas de todo el mundo, entre 5 y 14 años, deben trabajar para sobrevivir. El 70 por ciento de ellos lo hace en agricultura. Por eso la Organización Internacional del Trabajo (OIT) centró este año la conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil en "Agricultura libre de trabajo infantil. La cosecha futura".
En Chile, 196 mil niños y adolescentes trabajan. De ellos, más de la mitad en condiciones inaceptables, no cumplen la edad mínima de admisión legal al empleo de 15 años, no asisten a la escuela, trabajan en la calle, de noche o por más tiempo que la jornada legalmente establecida para todos los trabajadores.
En nuestro país, la tasa de ocupación de los varones es casi el doble que el de las mujeres, la mayoría de sus trabajos se concentra en las ciudades y las principales ramas son el comercio, la agricultura y servicios personales-comunales y sociales. En otras palabras, vendedores ambulantes y feriantes, encabezan los trabajos posibles. Luego vienen campesinos, pescadores, jornaleros, ayudantes de construcción, industria o minería.
Las cifras (www.trabajoinfantil.cl) muestran que más de la mitad de los niños y niñas que trabajan lo hacen menos de 14 horas a la semana, lo que sería considerado "menos grave" por algunos. Lo peor está en el 28,2 por ciento de los niños y niñas chilenos que trabaja por más de media jornada, incluso algunos lo hacen por 49 horas o más a la semana.
Según la OIT, ante el trabajo infantil la mayoría de los ciudadanos se ubica entre el desconocimiento, la indiferencia y/o la resignación. Yo quiero ser categórica. El trabajo infantil es explotación, una prolongación del trabajo empobrecedor de sus padres, y, seguro, un buen negocio para los que se benefician de esa mano de obra barata y vulnerable. En Chile la Casen 2006, mostró que el país tiene un 13,7 por ciento de pobreza, el porcentaje sube a 20,6 cuando se considera a los niños y adolescentes. Para ellos no es una opción el trabajar.
Paradójicamente, la eliminación del trabajo infantil no se incluyó explícitamente entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En el mejor de los casos, algunos países lo contemplan como un objetivo sólo a largo plazo e incluyen a sus formas más graves para ser enfrentadas con urgencia. ¿Qué es lo más grave? Tres cuartas partes de los niños y niñas trabajadores del mundo son víctimas de esclavitud, conflictos armados, tráfico de personas y explotación sexual.
Los "avances significativos", no bastan. No podemos conformarnos con mejores trabajos para los niños. Los movimientos que defienden el derecho de los niños y niñas a trabajar en "buenas condiciones", asumen como inevitable esta situación y desde ahí velan para que estén algunos mínimos necesarios para protegerlos. Me parece válida y hasta necesaria la opción, pero absolutamente insuficiente.
Lo mismo que la Ley Nº 20.189 promulgada recientemente por la Presidenta y que modifica el Código del Trabajo sobre admisión al empleo de menores de edad y el cumplimiento de la obligación escolar. Esta permitirá normar los contratos de trabajo sólo si: cuentan con la autoridad expresa de sus padres o tutores legales; realizan trabajos ligeros que no perjudiquen su salud y desarrollo; han culminado su enseñanza media o se encuentran cursando ésta o educación básica. Además no podrán realizar labores por más de 30 horas semanales durante el período escolar y se mantiene la limitación –en torno a los menores de 18 años– de no trabajar por más de 8 horas diarias.
Es insuficiente porque no considera los muchos trabajos que se dan en la informalidad, por supuesto sin contratos de por medio. Es insuficiente porque es sólo un pequeño paso y la eliminación del trabajo infantil es imposible mientras sus padres no tengan acceso a oportunidades de trabajo dignas y ellos a una educación que los acoja y les dé las herramientas necesarias para desarrollarse. Soñemos y actuemos en grande, que la próxima ley sea para garantizar el derecho a jugar de los niños y niñas.


Fuente: http://www.elperiodista.cl/newtenberg/1902/article-78095.html




Actividad: Responde las siguientes preguntas sobre el texto que acabas de leer y luego comparte tus respuestas con las de tus compañeros y compañeras.


1.- ¿En qué área se registran los mayores índices de trabajo infantil a nivel mundial?

2.- ¿Cuántos niños y adolescentes trabajan en Chile?

3.- ¿Qué es la OIT?

4.- ¿Qué está manifestando la autora en el siguiente párrafo? Pon atención a las palabras subrayadas.

Según la OIT, ante el trabajo infantil la mayoría de los ciudadanos se ubica entre el desconocimiento, la indiferencia y/o la resignación. Yo quiero ser categórica. El trabajo infantil es explotación, una prolongación del trabajo empobrecedor de sus padres, y, seguro, un buen negocio para los que se benefician de esa mano de obra barata y vulnerable.

5.- ¿Qué opina la autora sobre los “avances significativos”? ¿Por qué crees tú que escribe esas palabras entre comillas?

6.- ¿Qué opinión dirías tú que tiene la autora sobre la Ley Nº 20.189?

¿Por qué? Utiliza información del texto para responder.

7.- ¿Qué idea pretende expresar la autora con el título de esta columna de opinión?

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